La revista Ichnos publicó los resultados alcanzados en un experimento por los investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Alberta de Canadá que les permitió crear una ecuación capaz de descifrar, con gran aproximación, la velocidad a la que se traslada una persona al caminar, solamente a partir del largo de su zancada revelado en su impronta.
La fórmula a la que arribaron los estudiosos la sometieron a prueba con el fin de saber la velocidad de traslado de unos humanos que habían dejado unas huellas fósiles del Pleistoceno, en Australia.
Hasta ese entonces, para hacer tal cálculo se necesitaba saber el largo de la persona que se quería analizar y se usaba una fórmula que fue creada por Robert McNeil Alexander, zoólogo británico, en el año 1976.
Pero la nueva fórmula funciona muy bien tanto si quien da las zancadas va andando normal como si va corriendo a pesar de que los expertos reconocen que en este último caso, hay más dispersión.
Si bien los resultados fueron buenos recomiendan no tomarlos de manera inequívoca. Los mismos, que fueron publicados este año, son el resultado de un trabajo que comenzó en la primavera de 2008 cuando 14 estudiantes de paleontología de la Universidad Complutense de Madrid caminaban por una playa de Asturias. Allí, a Javier Ruiz, de dicha institución, junto a Angélica Torices de la de Alberta se les despertó la curiosidad por saber la velocidad de traslado de un individuo a través de su huella.
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