Un estudio realizado en Escocia, sugiere que caminar por áreas verdes y parques ayuda a relajar nuestra mente; siendo los más favorecidos los que viven cerca de parques y otras concentraciones de árboles, ya que poseen niveles más bajos de hidrocortisona –hormona relacionada con el estrés– que los residentes de la gran ciudad, o la denominada, “selva de cemento”.
Este estudio se llevó a cabo con voluntarios, a quienes se les puso electrodos en la cabeza, mientras veían imágenes de árboles o de escenas urbanas; dando como resultado, que las personas que observaban árboles y áreas verdes, en general, presentaban mayor calma.
De hecho, los niños resultaron tener un mayor nivel de concentración luego de haber caminado por el parque.
Según la doctora Jenny Roe, profesora de Heriot-Watt, el caminar por ambientes naturales requiere cierta atención pero nada de esfuerzo mental. Es una atención involuntaria que no requiere estar alerta como en la ciudad.
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