Los investigadores creen que si las personas se dejan llevar por el ritmo podrían no darse cuenta de que están trabajando más duro, es decir, bajo la influencia de un ritmo fuerte las personas se esfuerzan más de lo que creen. Por el contrario escuchar un jazz tranquilo no lograría el mismo efecto.
Es estudio añade que si las personas eligen sus propias canciones podrían esforzarse aún más. Pero este efecto no se ve con todas las actividades, destacando el pedaleo en bicicleta como el más adecuado para seguir el ritmo. Sin embargo, la música no tiene gran influencia en el ejercicio que se hace al caminar. Pero pienso que esto último está por ver.
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