Según especialistas no se trata de convertirse en «atletas» sino de romper la rutina sedentaria que las féminas desarrollan a esta edad y llevar adelante una vida con ejercicios moderados que le permitirán experimentar los beneficios en poco tiempo.
Los estudios corroboran que esta actividad física tiene una influencia directa en los procesos cerebrales, incluso se dice que este tipo de tratamiento tiene más efectividad que la psicoterapia cuando se trata de combatir males como la depresión.
Ello es el resultado de la liberación de endorfinas, sustancias generadas en el área cerebral que, naturalmente, curan el dolor y elevan el estado de ánimo de los seres humanos.
Además, las mujeres activas físicamente tienden a tener niveles más altos de buen colesterol, mientras que las inactivas tienen más probabilidad de generar más colesterol en sus arterias.
Este beneficio implica una actividad más eficaz de los vasos sanguíneos que no permiten los depósitos de grasa, que evitarían en un futuro el desarrollo de padecimientos como la arteriosclerosis, hipertensión, enfermedades del corazón e infartos.
Exponen los especialistas que prácticas tan sencillas como caminar, trotar, correr, nadar, andar en bicicleta, que pueden desarrollarse muchas veces durante las actividades diarias como ir de compras, caminar en los centros de trabajo o las labores domésticas, aportan también una cuota de beneficio aeróbico.
Si se trata de combatir los accesos espontáneos de calor, que no solo son una molestia durante el día sino que también pueden evolucionar en sudoraciones nocturnas que interfieren con los procesos naturales de sueño, la práctica de ejercicios también es una fuente de alivio. Además de reducir el efecto del calor, el ejercicio también ayuda a dormir, pues este promueve la liberación de melatonina, hormona que ayuda a regular el sueño, y que en esta edad su generación puede verse afectada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario...