Cuando sentimos dolor se enciende un mecanismo en el que los receptores del dolor detectan sustancias químicas que se desprenden de las células cuando se dañan o mueren. Según los científicos del University Collage London, en Reino Unido, el dolor de los cólicos, la cistitis y la menstruación lo provoca una reducción temporal del flujo sanguíneo o por la distensión de los órganos huecos (intestino o útero), lo que provoca daños locales en los tejidos y activa los receptores del dolor.
Para el estudio se utilizó tecnología de ADN para crear proteínas de receptores tanto de calor como de dolor en la misma célula. Al aplicar sobre la piel de la zona de dolor unos 40º C de calor, activa los receptores del calor, conocidos como TRPV1 y son éstos los que bloquean a nivel molecular el efecto de los receptores del dolor P2X3, pero sólo durante una hora.
El director de la investigación, Brian King, "El calor no sólo proporciona comodidad y un efecto placebo, realmente desactiva el dolor a un nivel molecular, de un modo similar a como funcionan los fármacos analgésicos. Hemos descubierto cómo funciona este proceso"
Hasta aquí bien, ahora el objetivo es seguir investigando, y descubrir y desarrollar fármacos que bloqueen los P2X3 más efectivamente, pues estos son los receptores culpables del fastidioso dolor interno.
Fuente: genciencia.com (7/jul/2006)
Más información: El Mundo Salud ; BBC
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