25 mayo 2013

Caminar y los perros

Los que caminamos fuera de zonas urbanas,o sea por el campo con toda seguridad nos hemos encontrado con perros sueltos en más de una ocasión, y hemos sido víctimas del acecho de perros  con una actitud de pocos amigos.

Recuerdo en una ocasión que un grupo de perros que para nada se mostraron hostiles, nos siguieron a lo largo del camino, hasta llegar a nuestra casa, ya dentro de una población. No plantearon ningún  problema para nuestra persona, pero sí a las presonas que encontraban en el camino que estaban acompañadas de perros, que empezaban a ladrarse, y los dueños de esos perros nos increpaban por como actuaban esos perros que no eran míos.

Pero en otra ocasión unos 4 perros grandes nos siguieros ladrandonos y a pocos centímetros de distancia, y he de confesar que pasé mucho miedo.

En el blog simiperrohablara.com, me ha gustado mucho el artículo ¿Cómo frenar el ataque de un perro? Instrucciones básicas para niños y adultos, que es muy interesante para enfrentarnos a este problema que he comentado con los perros.

El artículo mencionado comenta las estadísticas de accidentes por mordida de perro en la ciudad de Barcelona (100 por cada 100.000 habitantes al año), y contando que esta cifra incluye sólo las mordeduras que se han declarado oficialmente (una pequeña proporción del total), no está de más que comentemos algo sobre el tema.

Y es que muchas personas no saben cómo actuar cuando un perro echa a correr tras ellas, con la aparente intención de “atacar”. Es fundamental estar preparado y para ello basta con conocer cuatro algunas instrucciones básicas a tener en cuenta:

  • No gritar y mantener la calma: Es fácil decirlo y sé que no siempre es tan sencillo hacerlo. Pero resulta importante entender que un perro que corre tras nosotros con actitud amenazadora se excitará todavía más si observa que su “presa” entra en estado de pánico. Tenéis que pensar que, lo más frecuente, es que el perro nos ladre y persiga porque quiere alejarnos de su territorio. Por lo tanto, si ése es su objetivo, no entrará en conflicto directo a no ser que lo provoquemos.
  • No usar palos ni otros objetos amenazadores: si el perro se siente amenazado, atacará. Por eso, tampoco debemos intentar ahuyentarlo con la mano o los brazos.
  • No echar a correr: El movimiento promueve la conducta depredadora en los perros. Si corremos, estaremos fomentando que el animal active su “instinto cazador”. También puede ser que estemos subidos encima de un patinete, unos patines o una bicicleta y sea el propio movimiento el que ha provocado la respuesta predatoria en el perro. De nuevo, lo mejor es parar y mantenernos tranquilos.
  • Adoptar postura de árbol: Démosle la espalda al animal, para que no pueda saltarnos a la cara, y mantengámonos inmóviles, con los brazos pegados al cuerpo. Lo más tranquilos que podamos. Seguramente el perro continuará ladrando para asustarnos, pero lo hará desde cierta distancia.
  • Retirarse lentamente: Recordemos que lo que seguramente pretende el perro es echarnos de su territorio. Por eso, podemos retirarnos paulatinamente para mostrarle que no pretendemos ser ninguna amenaza para él.

En conclusión, lo que me gustaría que quedara claro es que los perros, y todos los animales en general, suelen dejar la pelea y el ataque como última opción. La lucha es una estrategia que supone un enorme gasto de energía y no suele utilizarse a no ser que el animal se encuentre acorralado o deba defender un recurso concreto que garantice su supervivencia. Por lo tanto, en la mayoría de las ocasiones, cuando un perro echa a correr tras nosotros su intención inmediata no es el ataque. Tener esto claro nos ayudará a mantener la calma.



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