Sus investigadores aseguran que una simple caminata tranquila puede ser un componente importante a la hora de combatir algunos síntomas de la depresión, un trastorno mental que afecta a una de cada diez personas a lo largo de su vida.
Caminar tiene un efecto similar a otras formas más enérgicas de ejercicio, así se desprende de una revisión de ocho estudios con un total de 341 pacientes, con la que han tratado de corroborar el papel que puede jugar la actividad física como parte del tratamiento de esta dolencia.
Los autores del informe, que publica la revista Mental Health and Physical Activity, sostienen que caminar es una intervención efectiva de la depresión y tiene un efecto similar a otras formas más enérgicas de ejercicio físico.
Los investigadores consideran que todo tipo de ejercicio es una distracción de las preocupaciones, lo que da una sensación de control y libera "hormonas del bienestar".
El director de esta entidad, Paul Farmer, ha reconocido que "lo importante es encontrar un tipo de ejercicio con el que uno disfrute", para lo que es necesario probar diferentes actividades, "ya sea caminar, montar en bicicleta, dedicarse a la jardinería o incluso nadar en aguas abiertas".
"Hacer ejercicio con otros puede tener incluso un mayor impacto, pues brinda una oportunidad de socializar, simplemente reír y disfrutar una pausa de la familia y el trabajo", ha admitido.
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