13 mayo 2005

Caminar... algo más que un simple paseo


Deje a un lado las excusas y aliste un buen par de zapatos deportivos y el atuendo adecuado para empezar a caminar. Cuando de mantenerse activo y sentirse saludable se trata, una de las maneras más sencillas de hacerlo es caminando.

El ejercicio regular, incluyendo los paseos a pie, disminuye el riesgo de enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, hipertensión, algunos tipos de cáncer, osteoporosis, depresión, ansiedad y obesidad, según información del Instituto Nacional de Salud (NIH). Asimismo, mejora la salud en general, ayuda a prevenir la osteoartritis y la diabetes, eleva los niveles de colesterol bueno (HDL) y mejora el estado de ánimo.

"Es muy importante que tengamos claro que caminar, aunque sea poco, es mejor que quedarse sin hacer nada", comenta el doctor Carlos R. Jaén del Departamento de Medicina Familiar del University Health Science Center de San Antonio. "El objetivo principal es moverse y al hacerlo se obtienen beneficios para la salud".

Pero para tener beneficios a largo plazo o en términos de alcanzar una meta específica, es necesario caminar cinco veces por semana, 30 minutos cada vez, dice el doctor. Una de las formas más fáciles de empezar a caminar, es incluir el hábito en las actividades que se realizan a diario.

Puede empezar por estacionar el auto lo más lejos posible de su lugar de trabajo, usar las escaleras en vez del ascensor o, si la escuela de sus hijos está cerca, llevarlos caminando. No es necesario pertenecer a un club especial. Lo importante es buscar una manera incluir este ejercicio en la rutina diaria.

Las personas muy ocupadas no necesitan sacar 30 minutos seguidos para su paseo diario, el tiempo es acumulativo, es decir pueden ser 10 minutos en la mañana, 10 al medio día y 10 en la tarde.

La constancia es fundamental. Los beneficios de caminar son más significativos que los de la mayoría de los medicamentos que se utilizan para tratar ciertas enfermedades crónicas, según el doctor. “El efecto es más fuerte que muchas pastillas que usamos por ejemplo para la diabetes o para controlar la presión”.

Hay evidencia científica de que caminar con frecuencia ayuda a prevenir la diabetes, o cuando se sufre la enfermedad, le ayuda a controlar el azúcar. Así mismo, es muy útil para la prevención de problemas de salud mental como la depresión.

"Hay estudios que han comparado el efecto de pastillas para tratar la depresión leve, con un programa de ejercicios, y estos tienen un efecto equivalente", añade. Pero los efectos benéficos se pierden si se abandona el hábito. Acostumbrarse a caminar o a practicar cualquier tipo de ejercicio aeróbico como correr o nadar, de acuerdo con Asociación Española de Enfermería Deportiva, protege contra el desarrollo y progresión de muchas enfermedades crónicas.

Empiece a caminar. Lo primero que debe hacerse es tratar de buscar el espacio, tanto físico como de tiempo, en la rutina diaria para iniciar esta actividad. Se debe tener en cuenta que el lugar que se escoja debe ser seguro, donde pueda caminar sin temor.

En temporada de calor es importante salir al exterior cuando la temperatura no sea tan alta para evitar deshidratación o un golpe de calor. Otra buena posibilidad para los que vivimos en ciudades grandes, es buscar lugares con aire acondicionado para hacer el recorrido, como en centros comerciales. Es necesario tomar agua antes y después del ejercicio.

Los expertos recomiendan que las personas que sufren enfermedades crónicas consulten con su médico antes.

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